Una boda en abril tiene que ser primaveral. Estos novios lo tenían muy claro, por eso decidieron centrar toda la atención en las flores y dejar la mesa lo más neutra posible pero cuidando cada detallle.
Como podéis observar el montaje fue espectacular. Miles de flores de todos los colores y de todo tipo colgaban del techo adornando el espacio de una manera original y elegante. Era como estar en un jardín mágico.